El Cuadro
El agua corría y con ella los rastros que quedaban. Mi cama ese día fue lo más cómodo que sentí, luego de haber estado en el piso, no había mejor placer que el de la cama. Me dormí. Era la mañana del Jueves, desayunaba, aunque sentía un dolor en el pecho el cual me hacia tragar con mucho esfuerzo. El y ella no se dieron cuenta de nada y yo salí de casa como un día normal. Me encontré con Emilia en mitad de mi camino, ella tampoco pudo ver que me pasaba algo y lo mismo treinta y cinco chicos en mi aula.
A las 2 PM salgo del colegio, no fui a la esquina donde casi siempre nos juntamos todos, me fui directo con Emilia. Llegue a casa, comí y como rutina me fui a dormir para estar lucida a la noche y así salir. Pero pase por el baño antes y cuando me mire al espejo vi un reflejo, lo vi, un monstruo. Quería llorar pero no lo hice y en menos de cinco minutos dibujaba la cara de mi peor enemigo.Horas mas tarde mi mamá entro a mi habitación y me pregunto que me pasaba ¿Mi contestación? “Ma estoy bien, solo cansada”. JA JA JA, que mentira, estaba siendo violada en mi sueño y no podía ser molestada. Es que tenia que reconstruir la escena, mi dibujo estaba por la mitad y no recordaba el lugar.
Ese viernes fue el peor de mi vida y no exagero al decirlo. Ese día me di cuenta que mi vida había formado una nueva rutina. Hacia frío, por eso me abrigue mucho y me fui al colegio. Treinta chicos en mi aula y una sola persona dándose cuenta de mi estado, ese día en el baño le conté que alguien se había robado mi primera vez. Ella lloró, yo no. Me quiso dar unas palabras de aliento, pero seamos realistas que no había ni una, no se que me pasaba, era emocionante no tener la rutina de siempre. Era la hora de volver a casa, estaba caminando y de golpe vi algo que me llamo la atención. Yo conocía esa casa, va no la casa, pero si el jardincito que había atrás, el cual se podía ver porque la puerta que separaba la calle de la vida privada estaba abierta. Alguien con valentía entraría pero yo no soy así, así que seguí mi camino. Lo primero que hice al llegar, fue ir a mi dibujo, el cual fue retocado y ahí estaba, lo había terminado. Diez minutos sentada, diez minutos y mi rutina ya no existía, mis ojos ahora lloraban. Me di asco, lastima.
Me puse la campera y corrí, cuando llegue me vi seducida por la puerta abierta. Le saque la valentía a otra persona y la introduje en mi cuerpo, entré. Me vi tirada en el piso y ahora me acuerdo el dulce sabor a la cama del jueves, mí boca abierta, el cuello de mi remera estirado y mi pollera en ese momento no existía. Lo vi tirado sobre mi y ahora me acuerdo el dolor en el pecho del jueves, sus ojos violentos, su labio inferior era mordido por sus dientes superiores, su mano izquierda sostenía mi mano izquierda, su pantalón bajo. Contacto entre dos cuerpos, uno invadido y el otro invadiendo. Me di vuelta, me fui.
Ya era domingo, observé su cara detenidamente, lo conocía y no poder acordarme me hacia comerme la cabeza. Eran las 4 PM y seguía sentada mirando ese maldito dibujo hasta que escuche el timbre, lo cual fue relajante porque ya tenia los ojos rojos de no poder parpadear. Mi amiga me había ido a visitar, la salude con mucha alegría y como estábamos solas hablamos del tema. Creo que hablamos por lo menos tres horas y de esas horas lo único que escuche fue a mi cabeza. Cuando mi amiga se fue, volví a mi nueva rutina, mirar su cara. Más tarde, muy cansada, salí con mis papas a comer.
A eso de las 11 PM ya estando a un par de cuadras de casa, mi papá paro un minuto a preguntarle algo a un policía de la zona, yo al principio no preste atención y seguí mirando por la ventana pero la curiosidad me atrapó y mire. Era mi enemigo, eran sus manos, su voz, su cuerpo; no dije nada. El me robó mi alma y yo le iba a robar la suya. Tenia que pensar muy bien que iba a hacer, como iba a vengarme; porque eso era lo que quería, vengarme. Esa noche no dormí, en ese momento mi nueva rutina ya no existía, había otra y esa era pensar hasta que me estallara la cabeza que podía hacerle al infeliz.
A la mañana mi cara era otra, se veía mi veneno y mi despreocupación por las otras cosas. Mi camino al colegio fue rápido y atento, lo mire a los ojos y lo salude. Mi vuelta fue igual, una mirada y un saludo; y así fue por dos días más. Jueves, el día estaba nublado, me desperté contenta ese día y todavía no descubro el porque. Estaba caminando cuando de repente sentí que alguien me toco. Pensé que era Emilia pero era él, me miro y yo haciéndome la fuerte lo mire, me saludo y se fue.Era el momento de sacarlo de mi mundo, pero no pude. No tengo miedo, no tengo dolor, tengo el gusto de la dulce venganza, tengo mi mundo para el. Y así fue, mi dibujo ahora era un cuadro en mi pieza y los recuerdos eran dulces. Loca podría estar pero fue mí primero y a la fuerza o no, lo sentí.Todos los días mi mundo se iba ajustando a su vida, sabia todos sus pasos, el conseguía de mi una mirada, un llamado de atención; y eso a mí no me molestaba. Lo raro de todo era que me estaba acostumbrando a esa vida, era una nueva rutina pero me gustaba, me llamaba la atención, tenía una historia. Mis llantos ya habían quedado en el olvido y el ya no era mi enemigo, era el juego que me tocaba jugar.
Martes 20/04 fue el día que decidí hablarle, hacer una historia juntos. Lo salude como siempre pero ese día hubo mas que un “hola”.El se quedo mudo, los dos sabíamos que en el barrio yo no era una mujer cualquiera y le guste más ese día, su mirada lo delataba. No aguantamos, ninguno de los dos y nos pusimos de acuerdo para vernos cuando volviera.
Ahora si fue lento el día, mi amiga me pregunto por mi sonrisa y yo solo conteste con un:”las cosas mejoran, las cosas mejoran”. Mas tarde, sonó la campana y recé que Emilia no viniera conmigo. No camine, corrí. No necesitamos palabras solo abrimos una puerta y ahí nos encontrábamos, en una casa que tenia un patio que revelaba mi pasado y una cama que revelaba mi futuro.Me gustaba mucho, lo bese con pasión y jugamos a no conocernos. Hoy el era la nena y yo el policía, el atado en la cama y yo jugando. Lo empecé a amar, lo estábamos disfrutando, pero lo tuvo que arruinar. Su boca largo palabras que me hicieron acordar el asunto pendiente con su alma, había estado semanas planeando. Sus manos y su cara estaban ahogados de números que sumados eran las veces que lo ame y odie. Su pecho, sus piernas agujereadas como mi alma. Aun recuerdo sus gritos y el sabor de sus lágrimas. Molesto por mucho tiempo, no podía estudiar con sus gritos por eso lo hice. No estaba en mis planes pero eras insoportable, parecías una nena de 16 años violada llorando en su habitación.
JAJAJAAJA ahora entiendo porque nunca gane el concurso literario.