viernes, 5 de diciembre de 2008


Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enujó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino, ello por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: ¿Por qué callé aquel día?,
y ella diría: ¿Por qué no lloré yo?.

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